19 agosto 2009

Compañeros Invisibles


Tu lengua en mis piernas resbala serena.
Me agito y grito un suspiro, deseo apagado.
Tus dedos tan dentro,
me frotan y queman y humedecen la tarde
de éste lluvioso verano, 
al compás de relámpagos
y truenos que suenan, 
los acompañan gemidos de cama.
Compañeros invisibles que acampan desnudos
esperando el reposo, para dar inicio
a otra tarde lluviosa de sexo
y promesas sin fondo, con palabras cortas
que dirigen y exigen cada vez más placer.
Extiendo mis brazos como mariposa,
con húmedos senos posados en tu boca, 
mientras en mi cuerpo 
abundan semillas maravillosas.
Me entrego completa, 
lasciva a este río salado 
donde quiero pernoctar...