28 agosto 2009

Senda Ausente


Veneno de marfil y de serpiente,
ponzoña voraz  de lo reciente,
con miedo a envejecer,
envejeces para siempre.
En mi cuerpo tu amor en olvido queda,
sólo por pudor palabras huecas, 
amarme en esplendor,
es justo y necesario,
no gozas la verdad,
mientes a diario.
Tú solo engañas, tu alma ufano,
pues yo a tientas encontré la prueba misma,
de lo que odias confesar, pues es distinta
la versión de tu verdad
a la de mi tinta.
Abres la puerta y oquedad
encuentras siempre,
pues solo marchas ya y para siempre
en la alfombra que tendí en la senda ausente.