Mi anhelo lo has cumplido cada día.
Has cumplido las mágicas bendiciones,
elevadas en mis propios deseos,
que con sólo verte despiertan en mi pecho.
He bebido la luz de todas las estrellas.
Hasta la misma que derrama el sol.
Mi dolor tiene recompensa:
mis sueños fueron satisfechos.
Soy un talisman,
un sabio demonio en la bruma
yendo a una meta que aún no está cercana.
En el camino me tropiezo con ruinas muertas,
recuerdos pasados que llevamos a cuestas.
Mis esperanzas radican en estrechas distancias,
rodeadas por tímidos gestos de tu rostro.
La gente del entorno que nos ven con miradas curiosas,
nada saben de nuestra frontera de sueños.
Miras en mis ojos tan intesos,
los más verdes colores del tiempo.
Y cuando tus labios susurran una tibia palabra,
te pido, te ruego: sé mi mundo.
Atrévete a disfrutar en vida siendo tierno,
sólo presiona tu tibia mano blanca contra mi espalda,
allí encontrarás la respuesta, y sabrás
como me sumergí en tus labios, en tu mirada.
(* El dibujo me lo inspiró tu poema como si fuera un hongo alucinógeno. Me atreví a ponerlo aquí de una vez. Atte. Herr Luger Himmlisch.)
