09 marzo 2009

Te deseo en sexo, otra vez...


Siento tus manos tibias recorrer mi gélida piel,
por la ausencia de la pasión.
Mientras bailamos suavemente,
tu miembro crece al vaivén de mis caderas.
Mi sexo suda el placer que tu convocas.
Mi humedad incrementa con tu presencia.
Las caricias gimen la voz de nuestra alma y 
tu corazón late al ritmo de mi clímax.
Impuesto por los dos está el deseo, 
un miedo invade mi alma…
no sé si podré amarte.

Murmuras un ruego a mi oído.
Gemimos por el placer del acercamiento.
Lloramos por lo imposible.
Pierdo la razón en un beso prometido…
que nunca llegó.

Te añoro en una caricia nocturna.
Palabras frías que entumecen más la noche.
Ambos nos arrepentimos por no declararnos.
El deseo nos inunda y expira un insaciable placer.
Tu olor me invita al pecado.
Inconscientemente te estrecho:
desnudo, carnoso, sediento, húmedo...
Te siento venir al paraíso del placer.
El baile promete gozarnos en la satisfacción pútrida
de nuestros vestidos.
Sabemos que al menor roce nuestros sexos se encuentran 
y transforman nuestras mentes.
Tus caricias me invitan a llegar al final…
y como eco vas detrás mío.

Anhelamos que el bongó no termine
para perpetuar nuestro acercamiento.
Los aplausos nos despiertan:
sólo has podido penetrarme
en la oscura neblina de nuestro ser.
Fantasía sexual es nuestro nombre
y cada vez que podemos llegamos a la cumbre.
Te ves ansioso, temeroso a insistir:
y yo…
te deseo en sexo, otra vez.

2 comentarios:

Pedro Luis dijo...

me gustó este verso: fantasía sexual es nuestro nombre, quizás la reiteración con el te digo, te miro, te siento etc, no ayuden mucho si me lo permites, pero chido! devuelvo el detalle de link con tu link en mi blog , saludos

Serpiente sabor Sandía dijo...

Gracias por la visita, el comentario y el link... pasa más seguido!!! saludos...