Salgo corriendo de la casa, me voy al centro, avenida interminable de la tarde, cuchicheo de carros entre la lluvia que se filtra por los vidrios, ojos que buscan unos ojos que hablen y que digan que no son tristes los atardeceres en la ciudad. Los almacenes exhiben nuevos productos en las calles grises, calles de hombres, hombres calle que van inquietos hacia algún lado mientras la lluvia se los permita… otra vez miradas que empañan los vidrios, otra vez vidrios que empeñan la mirada, mirada de polvo, mirada de papel, mirada de sensación, sensación de estar en la misma mesa tomando un café, bebiendo humo café tiempo, fumando pereza deseo sexo, refrescando mi cuerpo con sus manos… cerveza tras cerveza, observo el paso de los años, siento succión en mis pechos, siento succión entre mis piernas… recuerdo al mesero, mesas vacías, tu boca en mi oreja, me dices pagasubeteamicarro vamosaunmotelacoger. No, no puedo, llego tarde, alguien me espera, que importa a mí también. Ha llegado tarde la noche esta noche, me esperan amaneceres inciertos… lo siento, no quiero discutir, piensa lo que quieras me voy a donde brillen las olas del mar y las naves duerman un sueño antiguo al ritmo de las estrellas...
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