Escucho la música que tu ausencia dejó
en los verdes bosques de las montañas
de éste sureste mexicano que ya te añora.
Persigo huellas que pisan la hojarasca
que transporta:
recuerdos breves,
deseos leves,
ansiedades
y despedidas.
Suplico al sereno que me invade que te
permita ser y estar junto a mí.
La neblina nos abraza y resuena un amén.
Lo repito deseando que mi visión sea y vuelva a ser.
La penumbra del verano,
el inicio del otoño,
la lluvia incesante que inunda,
como tú me inundaste a mí:
de amor,
de pasión,
de deseo...
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